domingo, 14 de octubre de 2012

Llamando a las puertas del cielo




Silvia Olivella, hija de Cristina Olivella y Rosendo Prats, deja Barcelona  para emprender un largo viaje a Bombay, la India. Ella siempre se ha visto atraída por ese país y además su finalidad es ayudar a enfermos en un campamento como cooperante. Su padre, uno de los más prestigiosos cirujanos plásticos de la ciudad catalana, se niega a dejar marchar a su hija a un país donde la miseria, la desigualdad y la pobreza contrastan con la riqueza de unos pocos. Pero a pesar de todo, finalmente Silvia se marcha. Al llegar, se dirige a un pueblo que está a unas horas de allí. Cuando por fin se encuentra en el RHT, un campamento improvisado que apenas dispone de medios, conoce a Elisabet Roca, una doctora que lleva toda su vida allí, y a Lorenzo Giner, su compañero. Ambos le cuentan a Silvia su experiencia y le presentan a Leo, un estudiante de oftalmología que colabora con ellos. Los días pasan y el buen trabajo de Silvia es evidente. Pero ella está preocupada por su familia, sobre todo por su padre, ya que todavía no sabe si ha aceptado su decisión, y por Arturo, su novio, con el que discutió días antes de su partida. Una noche, cuando Silvia y la doctora Roca salen a tomar el fresco, ésta le pregunta por una especie de palacio con un lago que puede verse desde allí, y Elisabet le cuenta que se trata de  la casa de Mahendra, un joven indio que no ha salido de ese lugar durante cinco años, con la esperanza de encontrar el cuerpo de su mujer y darle sepultura junto a los de sus cuatro hijos fallecidos. Al día siguiente, Silvia aún conmocionada por la historia de Mahendra, se encuentra con Leo. Él parece un chico encerrado en sí mismo y duro, pero conforme pasan los días su actitud cambia y su amistad les une mucho. Durante tres meses, Silvia ha experimentado muchas sensaciones que no podrá olvidar, ha sufrido en primera persona la injusticia de las castas, la muerte de niñas como Sahira, que fue maltratada y explotada en una tienda de alfombras, por primera vez no dispone del material médico suficiente y se da cuenta de que en la India todo se debate entre la vida y la muerte. Por si fuera poco, también tendrá que tomar una dura decisión, Mahendra, Leo o Arturo.

Desde mi punto de vista, lo más interesante del libro son las comparaciones que surgen entre el mundo occidental y el oriental. El autor sabe transmitir con gran realismo las dificultades a las que la protagonista se enfrenta. Además me sorprendió mucho que el autor se basara en  una historia de un periódico y en una voluntaria de una asociación con la que colabora para escribir el relato.
Recomiendo el libro a las personas con curiosidad e interés hacia otras culturas.

Claudia García Cobarro (4º ESO A. 2012)

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