domingo, 16 de diciembre de 2012

Nacida del fuego




Este libro es el primero de la trilogía de Las hermanas Concannon. La protagonista de esta primera parte  es Maggie Concannon, una artista irlandesa, sopladora de vidrio. Las obras resultantes de su trabajo transmiten mucha fuerza ya que ella es una mujer fuerte, independiente y muy temperamental. La imagen que proyecta Maggie de sí misma es solamente una fachada, pues ella es igual de frágil que el vidrio que moldea. Su carácter duro y desconfiado es producto de la mala relación que tiene con su madre, Maeve, una mujer dura, amargada y resentida con su marido Thomas y sus hijas Brianna y Maggie, culpándolos de arruinar su juventud y su sueño de ser una gran cantante castigándolos con su indiferencia. Sin embargo, su padre, Thomas, un granjero bueno y noble querido por todos, es todo lo contrario a su madre, es quien cree en ella llegando incluso a hipotecar su casa para pagarle su formación de sopladora de vidrio durante tres años en Venecia. En su padre encuentra el amor, la comprensión, el apoyo y la fuerza para vivir y sobrellevar esa situación tan dolorosa y tortuosa con su madre.
Cuando Maggie comienza a tener éxito con sus obras fuera de su pequeño pueblo de granjeros su padre fallece y todo su mundo se derrumba, se vuelve una ermitaña y se refugia en su taller dando rienda suelta a su genialidad. Es entonces cuando aparece Rogan Sweeney, un importante galerista dublinés y ferviente admirador de sus obras, cuyo único deseo es convertirla en una gran artista reconocida; pero ella no lo tiene tan claro ya que no confía en nada ni en nadie. A pesar de no tener muchas cosas en común entre ellos surge una gran atracción. Ambos proceden de mundos diferentes ella criada en la campiña irlandesa y él en la gran ciudad de Dublín. Al final como en toda novela romántica que se precie acaba triunfando el amor verdadero capaz de vencer todos los obstáculos.
Los escenarios de la novela nos transportan a una Irlanda de pastos, flores y granjas con cielos de color malva, de belleza salvaje y costumbres rurales de la Irlanda profunda; contrastada con la gran ciudad, Dublín, de grandes edificios y calles ruidosas donde prima más el lujo.

Rosana Esquinas López (2º Bach C. 2012) 

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