sábado, 23 de febrero de 2013

Pupila de águila




Martina, una joven adolescente de un pueblo montañoso de Santander, decide viajar a Madrid para poder estudiar una carrera universitaria en el futuro. Allí se instala en casa de su tía Carmen, una agradable mujer que no ha podido tener hijos, porque la naturaleza se lo ha negado.
Este libro adictivo, he de decirlo, de don Alfredo Gómez Cerdá, comienza con que la joven Martina sufre una operación de pierna y en el hospital es atendida por la enfermera Clara, con la que establece una relación muy amistosa. Durante la recuperación de la intervención conoce a Igor, un chico de su misma edad, que ha sido ingresado de urgencia por intento de suicidio. Puede que por el impulso ante el recuerdo de la muerte de su hermano, también por suicidio, le pidió una cita al joven.
Tras la primera cita, Igor y Martina van consolidando su amistad y confianza el uno con el otro. En una cita después de ir al piso de Martina, heredado de su hermano Toni, ella le comienza a contagiar ese misterio que siente por la vida que ha llevado su hermano. ¿Quién era? ¿Cuál era su trabajo? ¿Quiénes eran sus amigos? ¿Tenía novia?... Después de esta investigación surgida por la aparición de Igor en la vida de Martina y apareciendo él en su corazón, pero de forma más confusa, rápidamente se encuentran rodeados por una red de drogas, armas, pornografía... de la cual Toni Soriano era uno de los jefes.
Pupila de águila, así era llamada una importante operación en la cual Toni Soriano quería dejarlo todo por su hermana. Pero no lo permitieron: acabaron con él. Tras todo lo sucedido y los confusos sentimientos que emanaban del corazón de Martina hacia Igor, decidió regresar a su pueblo. Lo último que le dijo a Igor fue “Te quiero”. Mientras se iba corriendo y llorando al lado de su tía, para volver a su casa y posteriormente a su pueblo. Igor no pudo ni siquiera decirle “Y yo”. La vio irse con su tía, llorando, mientras él sentía una impotencia descomunal.
Con lo que Igor sabía del pueblo de Martina (que olía a galletas, que tenía una fuente en la plaza), decide comenzar un viaje para buscar a su amor y decirle lo mucho que la ama.

Sergio Moreno (2º ESO A. 2013)

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