lunes, 8 de abril de 2013

Una voz en la niebla




Bastien es un chico de 12 años que se muda a Laville-Saint-Jour, por la gran necesidad de sus padres de rehacer sus vidas tras la muerte de su hermano pequeño, Jules, que fue atropellado por un mercedes azul marino cuando tan solo tenía 16 meses.
Poco después de la muerte de su hermano, en su ordenador recibe mensajes extraños de unas palabras que escuchó en su cabeza cuando atropellaron a su hermano: “Algún día sucederán cosas terribles y ya nada será como antes”.
En Laville-Saint-Jour, ciudad francesa envuelta por una densa y angustiosa niebla, un horrible caso de asesinatos y raptos de niños, conocido como el caso Talcot, que ocurrió hace 8 años y estaba aún sin resolver, reaparece de nuevo con nuevos cadáveres y Claudio Bertegui, un astuto comisario, se encarga de la nueva investigación.
Bastien, desde el terrible suceso de Jules, no deja de tener pesadillas y una la tiene hasta en clase, y es entonces cuando Audrey Miller, su profesora de literatura, se preocupa por él e intenta ayudarlo porque, a pesar de todo, es un chico talentoso.
Un día Bastien acepta la invitación que recibe en el Messenger de Jules Moreau; efectivamente ese era el nombre de su hermano atropellado, y le dice que es el espíritu de Jules y además lo sabe todo sobre Bastien, pero ¿realmente es el espíritu de su hermano? Porque Audrey comprueba una escritura perfecta, propia de un adulto, y si era así, ¿qué persona tan perversa se pondría el nombre de su hermano? ¿Cuál sería su objetivo? 
También a Bertegui le surgen muchas preguntas: ¿Quién o quiénes se escondían tras esos siniestros asesinatos? ¿Sería la horrible familia Talcot?

En mi opinión el libro es intrigante y tengo que reconocer que está bastante bien, pero algo raro cuando trata de los espíritus y el final es algo inesperado, pero en general es una buena historia.

María Palazón del Cerro (1º ESO A. 2013)

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